Las radiografías se realizaron con el propósito de poder descubrir todas aquellas afecciones que no podemos ver a simple vista. Poder observar huesos, dientes, fracturas y áreas de interés dentro del cuerpo.
Recibir un paciente nuevo en la clínica dental, es conocer a un paciente con un motivo especifico de consulta, que padece o no de enfermedades, que busca metas específicas, alguien que podría tener dolor; Sea cual sea la razón un paciente es un mundo totalmente distinto al otro.
Un buen ejemplo, es la consulta de una paciente joven de 19 años cuyo motivo de consulta es que su “diente se ve feo”. Años atrás le realizaron un relleno en los dientes de enfrente, deficiente y pigmentado.
Las preguntas de rutina fueron hechas, no presentaba dolor, ni sangrado, no hay sintomatología alguna en el lugar a excepción de dolor muy leve a la percusión. Al realizar el examen radiográfico descubrimos un área periapical (Una lesión en la raíz de la pieza).
Repetir la restauración sin radiografía nos habría llevado a no hacer nada con la lesión, la cual podía crecer y dañar tejidos vecinos, dolor, entre otros. Realizamos un tratamiento de conductos radiculares y una restauración de alta estética.
Es importante conocer nuestros pacientes, saber las afecciones que padezca y conocer que es lo que desea alcanzar.
La consulta y evaluación debe ser completa con un juego de radiografías y/o panorámicas para tener toda la información necesaria sobre el paciente.
Una buena consulta inicial y un buen examen diagnóstico, tomando el tiempo de saber aspectos importantes del paciente podremos obtener resultados impresionantes en sus tratamientos, restauraciones duraderas a través del tiempo y tratamientos con mejores pronósticos.
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